martes, enero 16, 2018

Penitencia

Los que vivimos o hemos vivido en Cataluña sabemos que no se juega con las cosas del “procés” ya que siempre encontraremos alguien a quien nuestras opiniones no les parezcan adecuadas y se sientan ofendidos. No tiene nada que ver con la posición que se defienda; estamos muy sensibilizados y a menudo interpretamos las opiniones de los demás como un desprecio a nuestra propia opinión. Es por esto por lo que he intentado mantenerme calladito.
Diferente es cuando oigo hablar a quienes cobran por ello: da la sensación de que cobran por palabras y, cuando cogen el turno, no se callan ni debajo de agua. Me refiero, por supuesto, a los que participan en los magacines matutinos o tertulias vespertinas, que antes se llamaban contertulios y ahora tertulianos. Opinan de cualquier cosa (a lo cual tienen derecho) y pontifican “ex catedra” como poseedores de la verdad absoluta.
Me jode (perdón) especialmente que utilicen como argumento probatorio hechos de los que no tienen ni idea y se quedan tan panchos ante un razonamiento que igualmente podría utilizarse para probar lo contrario.
El pasado viernes veía uno de estos magacines, cuando un periodista que, por sus argumentaciones en otros programas, parece ateo o poco dado a las cosas de Dios, defendía la salida de prisión de los presos políticos o políticos presos (que tanto da) de esta guisa:
- Han aceptado haber obrado mal y han prometido que no lo volverán a hacer. Es decir, hacen examen de conciencia, se arrepienten y se lo dicen al juez, o sea, el confesor. Entonces lo que el “cura” debe hacer es perdonarlos y dejar que se vayan a sus casas.
No opino (aquí) qué se ha de hacer con los presos; opino del razonamiento del periodista y estimo que está pidiendo que sigan en la cárcel. Yo sí hice la primera comunión, me aprendí de memoria el catecismo y estudié en un colegio de curas. Las etapas del sacramento de la penitencia iba tal que así:
Examen de conciencia
Dolor de corazón
Propósito de enmienda
Decir los pecados al confesor
Y cumplir la penitencia.
Vamos, en verso para que fuese más fácil su aprendizaje.

El razonamiento del periodista falla en el último punto: cumplir la penitencia, que es exactamente lo que ahora están haciendo los presos.

jueves, enero 04, 2018

Iros a tomar... (con perdón)

Cada cierto tiempo la RAE nos sorprende con el anuncio de la inclusión de determinadas palabras en el diccionario y, rara es la vez, que no surgen voces criticando que se haya ignorado tal o cual palabra, se haya incluido alguna otra o no se haya cambiado el significado políticamente incorrecto de otras cuantas (o se hubieran eliminado sin más).
Desde mi punto de vista, heterodoxo por supuesto, el diccionario debe recoger cuantas palabras empleen quienes usan el idioma español, sean o no correctas (gramatical o políticamente), para que los que no sabemos lo suficiente podamos recurrir a esta útil herramienta e ilustrarnos sobre su significado. Con lo que no estoy de acuerdo es con la expresión “la Real Academia Española admite el uso”. La Real Academia no admite nada, se limita a incorporar las palabras que se usan e indicar la forma gramaticalmente correcta, que para eso están los sinónimos. Me explico:
Cuando los niños aprenden a hablar, utilizan una lógica no contaminada y hacen regulares los verbos. No por eso se admite que el participio “escribido”, por poner un ejemplo, sea correcto, y eso que simplificaría enormemente el aprendizaje del idioma. O mejor aún: en España está muy extendido el laísmo y, mucho más, el leísmo. Cuando estudié Gramática, ambos estaban calificados como “vicios del lenguaje”, sin embargo el leísmo se consideraba permitido.
Este verano se dijo que la RAE iba a admitir “iros” como segunda persona del plural del imperativo del verbo irse. No es que la fueran a incluir en el diccionario, que los tiempos verbales no aparecen en él, sino en la gramática de la lengua. Leí muchos tuits congratulándose de la medida ya que muchísima gente utilizaba la citada palabra. Seguramente muchos de ellos habían criticado a Lola Flores por aquello de “si me queréis, irse”, cuando, en realidad, Lola se había adelantado a los sesudos lingüistas: si la segunda persona del plural es “iros”, la tercera (ustedes) impepinablemente debe ser “irse” (conjugación regular). Es decir, a Lola Flores le corresponde una silla en la Real Academia Española, aunque sea a título póstumo.
Claro que no en todos sitios se usa el término “iros”. En mi tierra, por ejemplo, lo normal es que se diga “isus”, que es mucho más contundente: “si me queréis, isus”. Y normalizando el imperativo de ir (ve tú, vaya él,…), también se utiliza “veros”. Pero la bomba hubiera sido la utilización de la última forma permitida por el IELA (Instituto de Estudios de la Lengua Alpujarreña): “VESUS
Si me queréis, vesus
Ahí es ná.

¡FELIZ AÑO NUEVO!