lunes, octubre 23, 2023

Mardito calò

No ha sido éste mi mejor verano; tampoco puedo de decir que haya sido el peor, dado que el del año pasado fue realmente horrible por culpa del herpes zóster y, aunque sus secuelas continúan azotando mi bienestar, no admiten comparación con el verano anterior.
Cuando en junio empezó a apretar el calor, eché mano del aire acondicionado (bendito invento), pero… Quiosquera anda con los pulmones muy sensibles y agarró el resfriado pertinente; en consecuencia, se acabó el aire (acondicionado) y recurrí al ventilador. A mediados de julio ya venía observando una molesta tosecilla y un extraño gluglú instalado cerca de la garganta. Ni caso. Pese a las continuas recriminaciones de Quiosquera, aguanté hasta primeros de septiembre; no pude resistirme más y acabé en el médico (médica en este caso) y sentenció:
- Esto parece neumonía. Lo mando a rayos X para que le hagan una placa.

Como en la policía: foto de frente y de perfil. La placa confirmó el diagnóstico. Antibiótico e inhalaciones durante dos semanas y nueva placa un mes después de la primera para evaluar evolución.
- No se observan variaciones significativas entre ambas pruebas radiológicas.
La doctora me explicó los pasos a seguir y no pude evitar recordar la consulta de mi amigo R.R. al doctor Roca, médico del seguro universitario de Granada.
- ¿Expeles los aires con normalidad? -preguntó el médico.
- ¿Qué?
- Que si ventoseas bien.
- ¿Cómo?
- ¡Que si te pees, coño!

En el tiempo que mi doctora tardo en separar los labios, yo ya me había imaginado la conversación:
- ¿Arranca con facilidad? -ella.
- ¿Qué? -yo.
- Que si esputa.
- No señora. En mi casa somos muy decentes.
- ¡Que si sacas pollos, coño!

No hizo falta; la doctora seguramente es de pueblo y fue directa al grano, usando las palabras académicas adecuadas.
- Le voy a mandar un cultivo de esputos para asegurarnos.
- Doctora, es que yo esputo poco.
- Es igual. En recepción le darán un potecito, usted se lo lleva en el bolsillo y, cuando le venga un sipiajo(*), lo echa en el pote y lo trae para proceder al análisis.
En lenguaje folk es fácil entenderse.

(*) No estoy seguro si dijo sipiajo o lapo. He elegido la primera palabra porque suena como más descriptiva.

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