lunes, octubre 18, 2010

HP

Antecedentes
1.- Entre las múltiples ocupaciones de mi nuevo empleo de pensionista está vigilar el estado de los jardines de nuestra residencia en Camp Davis. La semana pasada observé que la hiedra que decora las vallas necesitaba un repaso, no sólo de corte de pelo sino también de vaciado del ramaje interior. El sábado Quiosquera se puso a la faena mientras que yo leía al solecito en la terraza y estaba atento a la evolución de las obras. Serían poco más de las 12 cuando un tronco de tamaño natural se atravesó en el camino de las tijeras de podar; Quiosquera pidió socorro y el que suscribe, sin que se le cayeran los anillos, acudió en su ayuda. Empuñé las tijeras, apunté al corte incipiente y apreté: ¡zas, como quien corta un trozo de mantequilla! Era natural; el ramajo había agotado sus fuerzas resistiendo el envite de Quiosquera. Ya que estaba allí, eché la rama al carrillo de mano y apreté el montón a fin de dejar hueco para los cortes subsiguientes. A una maldita rama le sentó mal el empujón y se revolvió contra mí saltando desde el carro; hizo una cabriola en el aire, esquivó el parabrisas de mis gafas y, con la punta tronchada hacia arriba, se me coló en el ojo. Acabé en urgencias donde me diagnosticaron corte irregular en la córnea; la enfermera diplomada me tapo el ojo y la doctora que me atendió me dijo que a las 24 horas pasara de nuevo por el CAP (a ser posible, un centro donde hubiese un oculista) para que me hiciesen una revisión en profundidad.

Apósito artístico obra de enfermera diplomada

2.- HP son las siglas de Hewlett Packard, prestigiosa empresa fabricante de ordenadores y dispositivos compatibles, entre los que destacan las impresoras de despacho. Si la memoria no me falla, HP corresponde también a la abreviatura inglesa de caballo de vapor o caballo de fuerza (Horse Power). Es por ahí por donde van los tiros. Nos dirigen una serie de políticos donde se cuelan bastantes HP (Horse Percherón), porque hay que ser una verdadera acémila de carga para permitir, promover y llevar a cabo lo que sigue.

Pacientes
El domingo a las 12, Quiosquera y yo entrábamos en Barcelona por el Cinturón del Litoral. Una vez pasada la salida que hay a la altura de Montjuich y unos metros antes de entrar en la zona subterránea del cinturón, un letrero formado a base de leds anunciaba que la siguiente salida, que es la que tomo habitualmente, estaba cerrada. En llegando a la citada salida, un cartel similar indicaba que la próxima salida también estaba cerrada. Total que fuimos a salir junto a la calle de Josep Pla (que está donde Perico perdió el gorro, o sea, en el quinto coño), a la sazón plagada de municipales que impedían girar hacia la dirección en que se encuentra mi casa y el CAP que me corresponde. María Angustias señalaba el camino correcto, pero como se sienta de cara al conductor y no tiene ojos en el culo, no veía las indicaciones de los urbanos y acabó haciéndose con la lía un picho. Quiosquera, que sólo conduce cuando me lesiono, bastante tenía con no salirse del carril o darle un castañazo al coche que nos precedía. Total, no me quedó otro remedio que abrir el ojo sano para intentar ubicarme y corregir las instrucciones de María Angustias. Cuando se tiene un ojo chungo, el bueno no es tan bueno. Cada vez que el hijoputa hace el más mínimo movimiento de enfoque, repercute en el ojo averiado y el cerebro director de ambos se acuerda de la madre, de la abuela y de la bisabuela del señor alcalde o mandamás responsable de organizar un triatlón por las calles de Barcelona, dejando una zona a la que es cuasi imposible acceder. Dicha zona, por aquello de tener relativamente cerca Plaza de Cataluña, Gran Vía, Paseo de San Juan, Avenida de la Marina y Avenida Litoral, siempre engloba mi casa.

Circuito al trote

Para hacer deporte se ha fabricado el Estadio Olímpico, el Palau Sant Jordi, el Palau de la Música (coge el dinero y corre), el Circuito de Montmeló y el campo a través, que ya estaba, pero en barbecho. La ciudad es para vivir, incluso hasta para trabajar, pero se lleva bastante mal con el deporte de masas… de masas que van a cachondearse, porque salvo los cincuenta primeros, que pedaleaban con ganas, el resto de los que yo vi con el ojo de plexiglás iban de paseo. Y dado que esta vez mi casa no estaba rodeada por el circuito, lo más lógico es que desde Castelldefels hasta la entrada de Barcelona hubiesen puesto cuarenta letreros asín de grandes indicando con antelación las salidas que estaban cortadas. Eso sí, cada quinientos metros nos anuncian cuántos catalanes han muerto en la carretera en lo que va de año.

Circuito al galope

En fin, que llegué a mi casa pasadas las dos, con el ojo cantando por alegrías mientras la brecha de la córnea se marcaba un zapateado a la altura del iris. Con zapatos de tacón, por supuesto.

Consecuentes
Para el próximo año propongo una ligera variante al triatlón de Barcelona. Se organiza de modo que ni el alcalde ni el responsable de tráfico sepan por dónde va a pasar y el día de autos los llevamos a ambos a una hora de distancia de Barcelona en coche. Se vacían dos supositorios de glicerina y se rellenan de sodio asegurándose de que cada envoltorio tarde una hora y diez minutos en deshacerse, se le enchufa un supositorio a cada mandatario, se les mete en un coche (al volante) y se les da una dirección que esté afectada por los cortes de tráfico. Ni que decir tiene que se les amenizará el trayecto mediante el recordatorio de muertos y heridos graves, y avisos de controles de radar; cada vez que pasen de 80 km/h aumentará un grado la temperatura del asiento para avivar la licuación de la glicerina. En la dirección citada, un doctor competente les extraerá el supositorio del culo o, en su defecto, les practicará un nuevo agujero. Si al año siguiente vuelve a haber manifestación deportiva, no tendré nada que decir.
¡Ah! Los aficionados al deporte en circuito urbano están invitados a hacer la prueba.

5 comentarios:

A las 20/10/10 02:50 , Blogger kioskero ha dicho...

¿no será que te han hechado un "mal de ojo"?.
Ciudate y cuidalo.
Un saludo.

 
A las 20/10/10 10:34 , Blogger Quiosquero ha dicho...

¡Y tan malo! Lo que pasa es que paso de la brujería y en un par de días estaré como el que se cambia de gafas.
Un saludo

 
A las 22/10/10 07:21 , Blogger LETRI ha dicho...

¿Te das cuenta de que los efectos de los Montilla y Cia son inevtable e inaguantables ?
Cuidate que no te puedo dejar solo!
para hacer esas faenas ,hay que pasar un cursillo aceleradoen algun Organismo, impartido por el monitor:
LETRI( hoy sin destornillador)
Abrazos

 
A las 1/11/10 11:38 , Blogger BANDOLERA ha dicho...

Quiosquero, seguro que ya estás bien, pero menda se apunta al experimento propuesto con entusiasmo. Un beso.

 
A las 1/11/10 21:00 , Blogger BANDOLERA ha dicho...

PD- Olvidé decir que HP también son muy HP. Es lo más parecido al mundo del quiosco que he podido (y parece que no me queda más..) soporta.Mira tú por dónde.Un día te lo cuento.¡Sorry, que estoy en Decúbito!!

 

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