martes, septiembre 07, 2010

Y... lusos

En mi ya mentada Enciclopedia Álvarez Primer Grado aprendí que Viriato era un pastor lusitano. Lo de pastor sabía qué era pero lusitano era la primera vez que lo leía. Nadie me explicó, ni yo pregunté, qué quería decir e imaginé que era otra de las muchas palabras que aparecían en las lecturas escolares y que mis paisanos nunca empleaban. Imagino que interpreté que querría decir “valiente guerrero” o “conductor de ovejas merinas” y me empollé el párrafo sin darle mayor importancia. Algunos años después, seguramente en la Enciclopedia Álvarez Tercer Grado, asimilé el significado de lusitano cuando hube de estudiar la Hispania romana, que primero se dividió en dos provincias, Citerior y Ulterior, luego se reestructuró en tres: Tarraconense, Bética y Lusitania. O sea, que Viriato fue un pastor de la Lusitania, territorio que estaba a la izquierda de la diagonal Finisterre-Gata y por encima del Valle del Betis. Tuve que esperar al Bachiller para acabar de aclararme y entender que el actual país llamado Portugal ocupaba una parte importante de lo que fue la Lusitania romana y que, por eso, sus habitantes pueden denominarse mediante dos gentilicios: portugueses y lusos. Leído al tirón, ilusos. Como los españoles.



Visité por primera vez Portugal cuando aún no se había agotado el manantial de esperanza que supuso la Revolución de los Claveles, y se cultivaban las virtudes de europeidad a punto de florecer con la inminente incorporación a la U.E. En aquel viaje conocimos el Algarve, una parte del Alentejo, y Lisboa y sus alrededores. Me pareció haber retrocedido en el tiempo 15 ó 20 años, tal era el parecido de la parte sur del Portugal de los años 80 con la Andalucía de los 60. Un turismo incipiente, una naturaleza todavía no estropeada por el afán urbanizador, una población mayoritariamente campesina y acogedora… Y unos precios más que asequibles para la economía del viajero español, excepción hecha de la gasolina que andaba por las 127 pts (al cambio) cuando en España la pagábamos por debajo de los 20 duros. Costaba entenderse con los nativos aunque mucho menos que con franceses e italianos, por poner ejemplos de países con idiomas romance, y no porque tuviésemos palabras con mayor parecido sino porque los portugueses, al igual que los españoles, manejan bastante bien el idioma del gesto y de las señas. Encontramos una Lisboa bien cuidada, limpia, atenta con el visitante y libre de los pedigüeños que ya infestaban las grandes ciudades españolas. Una sola autopista encontramos en el camino hacia Lisboa; más arriba de Odemira (me parece recordar) arrancaba una vía de cuatro carriles (dos por sentido de marcha) que intermitentemente se transformada en vía de sólo dos carriles. Después de Santiago do Cacém y Grándola, devenía en autovía hasta Alcácer do Sal y, atravesando esta ciudad, se volvía a tomar la vía rápida hasta el peaje situado a la entrada del puente sobre el Tajo.

Esta vez hemos entrado por el norte y las diferencias son notables; en activo o en construcción, la red de autopistas y autovías se ha multiplicado por mucho, la circulación es mucho menos caótica porque (ahora) el conductor portugués respeta más o menos las normas y, a primera vista, parece un país más próspero o, al menos, un país que ha reducido su diferencia con España. La gasolina sigue siendo mucho más cara (1,40 frente a 1,18 la 95 sin plomo) y el peaje de las autopistas también; aunque después de los cálculos efectuados en la AP-7 y C-32 casi tengo que desdecirme. El coste medio del trayecto sale en Portugal ligeramente por encima de las 20 pts.
La manduca está a precios muy similares a los de este lado de la frontera y lo que, en mi primera visita, era un menú decente a un precio asequible, ahora es una mierda de menú a un precio algo menos asequible. Se puede comer mal y caro y se puede comer bien y caro: no hemos encontrado ningún lugar donde hayamos apreciado una relación equitativa en el binomio calidad/precio. Soy consciente de que cada uno cuenta de la feria según le va y he hablado con algunos visitantes de Portugal que la han encontrado baratísima.
El café constituye una excepción: está más barato que en España. Un café solo, cuesta 0,80€. Pero un café con hielo, un cortado o un café con leche, sube hasta los 1,60€. Y de la carta de bebidas calientes ha desaparecido la diferenciación entre café expreso, bica y carioca.
Lisboa está descuidada y sucia. Oporto está sucio y asqueroso. Me cuesta opinar sobre Coimbra ya que iba asfixiado debido a que sus calles tienen una pendiente más pronunciada que la salida de cada una las 21 curvas de Alpe d’Huez. En las plazas céntricas de Lisboa (Rossio y Figueira) abundan los grupos de gente, principalmente de color, que trapichea con cualquier cosa. Remarco “gente de color” para resaltar que son emigrantes llegados a la metrópoli y que se han encontrado con que la Madre Patria no tiene para darles de mamar.
Es mucho más fácil que antes entenderse con los portugueses; ha aumentado su nivel cultural y, ahora, casi todos chapurrean español o lo hablan bien.


IVA Za Niqui

Da la sensación de que a la gente le resbala lo que paga de impuestos, qué hace con ellos el estado o en qué se emplearon los fondos que llegaron de la U.E. Me costó Dios y ayuda encontrar a alguien que me explicase como funciona allí el IVA; las chiquitas de recepción de los hoteles no lo tenían claro: “Depende de los productos, unos pagan más y otros menos”. Y de ahí no había forma de sacarlas. Al fin encontré un experto en economía y me lo explicó; el experto era un taxista que había vivido unos años en Orense y hacía comparaciones. El IVA normal es el 20% y el reducido el 12%. Como en los países ricos. Puntualicemos: como en los países ricos de antes, porque el IVA de los países pobres ya supera al de los países ricos salvo Suecia (véase Rumania, Hungría, Grecia…). Y claro, el 1 de julio entró en vigor similar incremento que en España: 20% pasa a 21, 12% pasa a 13. Es decir, tal como piensan los gobiernos de España, Portugal, Grecia, Rumania, Hungría, etc. la riqueza de una país es proporcional al porcentaje de IVA que pagan sus ciudadanos (los que pagan; el 20% de parados no es que no quiera pagar, es que no puede). Todavía nuestros vecinos creen que en España se vive de maravilla y atamos los perros con loganizas, gracias a que aquí hemos sabido emplear bien los fondos de la U.E. Nadie les ha hablado de Pallerols, del empleo de los fondos de formación, del cultivo del lino, de las subvenciones por cortar olivos, de las subvenciones por plantar olivos, de las peonadas falsas… Nadie les ha explicado, por ejemplo, que un informático de nivel ganaba 300.000 pts en 1991, 300.000 pts en 2000 y 320.000 pts en 2005 (efectos esta última subida de la reducción de IRPF). ¡Ilusos!


IVA Zin Niqui

En definitiva, si se quiere que la gente acceda al “estado del bienestar” lo mejor es que pague más impuestos. Si nos hubiésemos dado cuenta antes, hoy estaríamos al nivel de Grecia o Portugal e, incluso, podríamos haber alcanzado el nivel de Rumania. Pero ya estamos en el buen camino y pronto el Ministro de Fomento conseguirá que los españoles paguen por lo que reciben exactamente lo que vale.

¿Qué a qué viene esto? A que anoche leí que nos van a subir el IBI porque, como los políticos han reventado al fin la burbuja inmobiliaria, los ayuntamientos tienen ahora menos ingresos.
Lo dicho: con esos instrumentos hasta yo podría ser alcalde.
¡Ilusos!

3 comentarios:

A las 8/9/10 18:33 , Blogger Juan Manuel ha dicho...

Bueno, Antonio. Muy bien tu post. Haces una descripción de la vida de nuestros vecinos muy completa. Espero que sigas y nos cuentes más cosas; me refiero a ciudades, paisajes y gente, para completar el "retrato".
Te cuento que yo viví dos años en Portugal, concretamente en Barcelos, al norte, en la provincia de Braga. Estando en el internado de La Salle de Bujedo, cada año "enviaban" dos alumnos a Portugal, para potenciar el centro que hacía poco habían abierto alli. Allí estuve concretamente, del 63 al 65. Aprendí portugués, claro e hice unos cuantos amigos, si bien después de tantos años había perdido el contacto por completo, hasta que he podido "recuperar" a dos de ellos últimamente, gracias a Facebook.
Bueno; pues eso; que siga Usted escribiendo para disfrute de sus lectores. Un abrazo.

 
A las 9/9/10 15:23 , Blogger quiosquera ha dicho...

Juan Manuel ¡Cuántos golpes escondidos tienes! No, si esto de que Quiosquero "abra su vida cotidiana al mundo" aún va a servir para conocer más a los amigos... (je,je). Con esto de los "internetes" al final acabamos quedando al descubierto total y en cuanto nos descuidamos, retratados.
Saludos,
Quiosquera

 
A las 9/9/10 21:03 , Blogger Juan Manuel ha dicho...

Pues nada, Quiosquera; que no me importa en absoluto eso de los "golpes escondidos", aunque depende de qué tipo de "golpes" hablemos, claro... Y eso; que ha sido un placer haber compartido este ratito en un día tan "señalado" para nuestra familia, ¿vale? Un abrazo.

 

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