viernes, agosto 20, 2010

Pontevedra: Otra bella desconocida


Después de la etapa de los miradores, hicimos noche en Sanxenxo. A estas alturas del viaje empezaba a estar como si acabase de cerrar el quiosco, es decir, baldado; lo que recuperaba en 8 ó 9 horas de cama, lo gastaba en el esfuerzo de pasarme la maquinilla de afeitar. Menos mal que con el movimiento se me engrasaban las bisagras lo suficiente para llegar hasta el coche; luego, después de 10 minutos caminando, tenía que ir colgado de los bastones. A mí lo que me gusta es patear ciudades o campos o lo que sea; sin embargo, respiraba aliviado cuando dábamos por visto el objetivo y subíamos al coche en busca del siguiente. Además, el brazo izquierdo lo llevaba de pena. Mientras filmo un paisaje o echo una foto para que salga Quiosquera con un monumento de fondo, tengo por costumbre sujetar los bastones con el brazo izquierdo. Los agarraderos se me clavan produciéndome pequeñas roturas en los capilares que, debido a ingestión de anticoagulantes, me dejan moratones en toda zona; da la sensación de que me he chutado cuatro o cinco caballos con cuádriga incluida.


Maria Angustias me llevó a la primera al punto de partida, sólo que nadie le avisó que estaba en obras y, por tanto, inaccesible. Habíamos apuntado a la Plaza de España, concretamente a la entrada del aparcamiento. Un urbano nos dijo que se accedía por el otro extremo de la Alameda. De este modo pudimos cambiar la vista do Concello, tapado por las obras, por la Deputación Provincial, “abalconada” con todas las banderas oficiales; para que nadie se sienta ninguneado (ésta es una palabra que me encanta).


Dedicamos un buen rato al disfrute contemplativo de las ruinas de San Domingos. En principio daba pena el estado en que se encontraba lo que debió ser un señor monumento cuando estaba entero, aunque la pena se pasaba pronto y se transformaba en rabia al leer la cartela que contaba cómo se había deteriorado el edificio tras el abandono a que se vio sometido después de la desamortización que devolvió su “propiedad al pueblo”.


Dejamos atrás la Plaza de España y el edificio del Ayuntamiento y fuimos a parar a Basílica de Santa María la Mayor. Una vez más fui incapaz de inclinarme por un estilo arquitectónico determinado; luego leí que el exterior es plateresco y que el interior es un batiburrillo de gótico, gótico isabelino y renacimiento. Y me vuelvo a hacer un lío; mis lejanos y escasos recuerdos de Historia del Arte me indican que el estilo isabelino o plateresco constituye la esencia más florida del renacimiento español. Wikipedia me saca de dudas (o me crea más, no lo sé): tras describir las características del gótico isabelino, incluye la siguiente frase “…Por todo ello este estilo debería llamarse plateresco más que un gótico tardío o isabelino (sic)”. Y la entrada “plateresco” se inicia: “Plateresco es un estilo arquitectónico exclusivo del Renacimiento español”. Ni sí ni no, ni blanco ni negro.
Llegamos cuando había finalizado la misa en la que un grupo de niños había tomado su Primera Comunión. Mientras el párroco departía con algunos padres en la puerta principal, los niños, con sus trajes de comunión, jugaban al escondite en el patio de butacas. El resto de padres hablaban a grito pelado en el interior de la basílica. Normalmente, cuando inicio una filmación doy en voz alta el nombre del lugar para luego acordarme. El título que dí a las tomas de Santa María la Mayor fue: “El silencio de los borregos católicos” (para diferenciarlos de los borregos que no son católicos y de los católicos que no son borregos).


Bajamos por la Praza de Cinco Rúas, donde nos tomamos unas tapillas para no perder mucho tiempo, y fuimos a dar a la Plaza de Méndez Núñez. Al leer la inscripción que alaba las cualidades militares del almirante, me asaltaron varias dudas. La primera es que, no sé por qué, me vino a la cabeza la idea de que en algún post anterior yo hubiese llamado Antonio a quien fue bautizado como Casto. No he encontrado esa referencia ni en Pies para quiosquero ni en Decúbito Supino. La segunda duda no era una duda; era, tal vez, un exceso de patriotismo de quien escribió el ladrillo conmemorativo que aparece en la fachada de la casa donde murió Méndez Núñez o en el folleto que me habían dado en la oficina de turismo: uno de ellos o ambos se referían al “heroico vencedor del Mudo” cuando yo tenía entendido que la citada batalla fue un desastre para el bando español (me dice Quiosquera que no es la batalla de El Mudo sino la de uno que no hablaba, es decir, El Callao). La Guía Verde Michelín me saca de dudas: “… de la fragata Numancia, a cuyo mando estuvo el almirante Méndez Núñez en la desastrosa batalla del Callao”.

Con todo, divergencia histórica y belleza del entorno al margen, lo que atajo mi atención fue la figura de un Valle Inclán paseando por el centro de la plaza. Mi amigo E. Ibáñez, experto en la generación del 98, fue quien me contó que Don Ramón María era manco y que, a veces, utilizaba una prótesis de madera. El excelente escritor era tan despistado como buen literato y solía suceder que levantaba la prótesis para ponerse la chaqueta y luego se olvidaba de bajarla antes de salir a la calle. La consecuencia era que todos aquellos con los que se cruzaba respondían al saludo de su mano alzada.


De nuevo me estoy enrollando demasiado; abrevio. Atravesando la Praza da Predreira fuimos a dar con el Ponte de Santiago sobre el río Lérez. A un lado quedaba el Ponte do Burgo, medieval, y del otro lado el Ponte dos Tirantes, mucho más moderno. Volviendo sobre nuestros pasos, nos regodeamos en la contemplación de la Praza da Leña, verdaderamente impresionante y la, bastante menos vistosa, Praza da Verdura.
El punto final del recorrido estaba fijado en la Praza da Ferrería pero aquí me hice un lío de plazas. Según mirase un letrero u otro, me encontraba el la Plaza de Curros Enríquez, en la de Ferrería, en la Praza de Ourense o en la de la Virgen Peregrina. Diseminados por ellas, la fuente en la que, por cada una de sus caras, un personaje del mundo clásico saca la lengua a los mirones, la delegación de Facenda donde mi prima Mari Carmen llevó a cabo su lucha en defensa del contribuyente cumplidor y el escarnio del contribuyente mangante, la Iglesia de San Francisco y el Santuario de la Divina Peregrina.

Y con las mismas, salimos zumbando rumbo a Vigo, donde a las 6 de la tarde estábamos citados en la cima del Parque del Castro con O Reverendo Cura de Fruime.

11 comentarios:

A las 22/8/10 10:20 , Blogger Juan Manuel ha dicho...

Bueno, bueno, bueno... Sigues con tus crónicas "viajeras", por lo que veo; y yo encantado de leerlas, claro. He de decir que Galicia es una de mis asignaturas "pendientes". Por cuestiones de trabajo he tenido la fortuna de viajar mucho y he podido recorrer y conocer una buena parte de España. Pero de Galicia, la verdad es que conozco bastante bien A Coruña, donde he estado varias veces, y luego, de paso, camino de Portugal, también he estado en Vigo. Pero del resto, pues eso, que me resulta totalmente desconocido. Así que solamente me queda agradecerte la información que nos regalas en tus posts...
Bueno; y puestos a "croniquear" (uff, qué "palabro" me ha salido), pues eso, andamos por Madrid, pero mañana toca coger el AVE, y a Barcelona, eso sí, acompañados por nuestro maravilloso nieto. Un abrazo.

 
A las 22/8/10 10:22 , Blogger Juan Manuel ha dicho...

Rectificando, que es gerundio. Acabo de reller mi post, y he de hacer una rectificación. También he estado en Santiago, y dos veces... ¿vale?

 
A las 22/8/10 10:23 , Blogger Juan Manuel ha dicho...

... Y otra rectificación: (ésta del segundo post). Donde pone reller debe decir releer. ¿Vale?

 
A las 24/8/10 20:52 , Blogger quiosquera ha dicho...

¡Ay, ay, Juan Manuel. Cómo nos patina la neurona. Los años no perdonan! :)

Un besote para toda la familia. Nos vemos pronto ya en Barcelona

 
A las 25/8/10 18:16 , Blogger Juan Manuel ha dicho...

Quiosquera: Ya veo que muy solapadamente, eso sí, me estás llamando viejo... Bueno; por ser tú, no voy a tenerlo en cuenta por esta vez... Te cuento que llegamos a Barcelona el lunes con Dani; y aquí estamos. La próxima semana llegará el resto de la familia. Ya miraremos de quedar un día...

 
A las 29/8/10 00:15 , Blogger BANDOLERA ha dicho...

Mañana os leo y os llamo, que menudas horas!! Por cierto, quiosquero, la belleza del título la tienes en la primera foto (toma ya...). Una cosa, que me he metido en facebook y ando loca perdía.Imagino que me verás como tu "amiga", Juan Manuel también es mi "amigo". Si sóis capaces de explicarme todos esos pasillos, pago la ronda. Besotes.

 
A las 29/8/10 00:16 , Blogger BANDOLERA ha dicho...

Se me olvidaba: es obvio que ya estoy "aquí", salvo que Xavi vuelva a sacarme mañana por los pelos (creo que becesito un tónico capilar).

 
A las 29/8/10 00:17 , Blogger BANDOLERA ha dicho...

Se me olvidaba: es obvio que ya estoy "aquí", salvo que Xavi vuelva a sacarme mañana por los pelos (creo que becesito un tónico capilar).

 
A las 30/8/10 18:51 , Blogger Juan Manuel ha dicho...

Bueno, bueno, Bandolera. Me tendrás que explicar eso de los "pasillos", porque no lo "pillo" (valga el ripio). Y de paso, también eso de los "pasillos"...

 
A las 31/8/10 00:26 , Blogger BANDOLERA ha dicho...

¡¡Los pasillos de Facebok, Juan Manuel!! Bueno, como pasado mañana a currar, da igual, porque ya no me dedicaré a investigar cómo va eso, o me volveré paranoica de remate. A Quiosquero le da igual, porque cómo sólo está "de cuerpo presente", aunque tenga más amigos virtuales que aceitunas en mi pueblo, pues no se come el tarro. Y hace bien, para variar...

 
A las 31/8/10 00:28 , Blogger BANDOLERA ha dicho...

Por cierto, me encanta la foto con el Reverendo.

 

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