lunes, septiembre 20, 2010

Santa Lucía

El martes y el miércoles dormí mal. Debió ser que me puse nervioso con los partidos europeos del Barcelona y el Madrid. El caso es que el jueves me lo programé para almorzar temprano y que me diese tiempo a descabezar un siestecilla antes de que Quiosquera volviese de ganarse las habichuelas.
Seguía nervioso. Retrepado en mi sillón favorito (no hay otro) intenté dejar la mente en blanco. Fue en vano. Cuando me sobresaltó el sonido del teléfono estaba tan despabilado como cuando cerré los ojos. Las dos y media es la hora a la que ignoro las llamadas por el "aparatu de falar de lloñe" (que decía mi amigo Adolf), sin embargo lo cogí. Quizá fuese Quiosquera.
- ¡Diga! -suelo dar tono de enfado a mi primera intervención por si se trata del ofrecimiento de la mejor oferta de telefonía que nunca salió al mercado-.
- Hola, buenas tardes. Soy Fulanita de Santa Lucía...
- De la vista ando bien. Llevo gafas pero están perfectamente graduadas -corté por lo sano-.
- No, verá... No sé si conoce que Santa Lucía ofrece un seguro de decesos...
- Yo no uso d'eso, señorita.
- No, le explico. Por 21€ aproximadamente, Santa Lucía se hace cargo de todos los gastos de fallecimiento...
- ¡Lagarto, lagarto! Señorita, yo soy muy supersticioso y jamás me he hecho un seguro de vida; así que no estoy dispuesto a hacerme un seguro de muerte.
- El seguro cubre mucho más; por ejemplo, si usted muere en el extranjero, Santa Lucía se encarga de repatriar el cuerpo y si quiere ser enterrado o incinerado en la ciudad que nació...
- A ver si me explico. Me da yu-yu hablar de muertos y cuando la espiche me da igual donde me entierren o incineren. Yo les tengo dicho a los míos que me echen al cubo de la basura; cuando güela ya lo retirará el ayuntamiento.
-Es que, además, si usted muere en un accidente, sus herederos cobrarán 15.000€.
- ¡Coño, lo que faltaba! Yo estiro la pata y encima les pago la juerga.
- Bien, usted se lo piensa y yo lo llamaré otro día.
Me había pillado de buenas. En circunstancias parecidas, las suelo mandar a freír espárragos después de la primera frase.

Volví a buscar la posición y cerré los ojos. Me dio la impresión de haberme dormido cuando el teléfono sonó de nuevo. Miré el reloj: las dos y cuarenta y tres. No había dormido mucho.
- ¡Diga!
- Hola, buenas tardes. Soy Fulanita de Santa Lucía...
- ¡Oiga! No soy partidario de la muerte pero, como la vida lo exige, sólo pienso morirme una vez y ninguna más; usted ya me ha enterrado dos veces.
- ¡Ay, perdone! ¿Lo había llamado antes?
Colgué; esta vez con mala leche de verdad.
Volví a buscar la posición y cerré los ojos. Ni flores... Después de un cuarto de hora, me senté al ordenador y me puse a escribir chorradas.

4 comentarios:

A las 21/9/10 01:42 , Anonymous Anónimo ha dicho...

En noviembre faltó mi abuelo y aún andamos peleando con ellos para cobrar la liquidación del seguro. Serán cuatro cochinos euros pero ya es más por la honrilla que por otra cosa. Hizo muy bien señor quiosquero en mandarles a tomar viento.

 
A las 21/9/10 08:59 , Blogger Juan Manuel ha dicho...

Vaya, vaya, vaya... Sí; también las compañías de seguros se parecen últimamente a las de telefonía. ¡Qué horror!... Llamadas y más llamadas. Y no te sirve de nada que les digas mil veces que no estás interesado en cambiar de operador, ni que les pidas que borren tu nombre de su base de datos. Al cabo de cuatro días, otra llamada... y otra, y otra...
Ya puestos, ¿qué tal si los quiosqueros se dedican a llamar a los vecinos de su barrio ofreciéndoles sus servicios? A lo mejor funcionaba el asunto, fíjate... El "problema" es encontrar ese precio especial, claro. Bueno; ahí queda la idea.

 
A las 21/9/10 12:29 , Blogger Juan Manuel ha dicho...

Nota: Mi anterior post debería haberlo escrito en tu otro blog, en "piesparaquiosquero", pero es que me lo has puesto tan a h... con el tuyo aquí, que no he podido resistir la tentación.
Como me imagino que tus amigos los quiosqueros también te seguirán por aquí, pues eso; aquí queda.

 
A las 29/9/10 19:02 , Blogger BANDOLERA ha dicho...

¡Jajajajajajjajaaaa!!!! Ayyy, por Dios!! No veas cómo te comprendo, el yu-yu que me da el tema es igualito, pero me he reído la tira. ¡Al cubo de la basura!!!! Conozco a una señora madrileña que dice que el piso es suyo, que si quieren la entierren allí o que hagan cecina, que le da igual.¡Jajajajajjajaa!!!

 

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