martes, agosto 03, 2021

Productos de la tierra en el exilio

En mi exilio no siempre encuentro productos de la tierra; es por eso por lo que me ha gustado disponer de una pequeña extensión donde cultivar mis propias hortalizas.
No sé si por réplicas de los terremotos en Granada o por mor de otros fenómenos meteorológicos, este invierno se me han venido abajo los balates que sustentaban mis bancales y he tenido que recurrir a Agroman para que enmangarille las tierras. Me ha quedado una finquilla plana, un tanto reducida respecto a su extensión primitiva, que he compensado metiendo en labor una cabezaílla que tenía abandonada. A final me han quedado unos 8000 cm2 de cultivo. Con todo, la siembra ha sido tardía y, cuando debía de tener el maíz emparaje de hacerme una moraga de panochas, estoy con los primeros tomates en flor. No sé si antes de que lleguen los primeros fríos, me habrá dado una cosecha capaz de amortizar la inversión.

Lo mismo aprovecho que me voy unos días a Aguadulce y compro en El Ejido un invernadero prefabricado.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio