viernes, mayo 14, 2010

Señor presidente

Mi padre me refería de vez en cuando que, en una ocasión, me visitó un médico de Adra con cartel de persona sensata. Después de auscultarme me recetó unas inyecciones de “trastomicina” (en los años 50 la penicilina lo resolvía todo) y dijo:
- A los niños hay que cuidarlos bien porque uno nunca sabe si está delante de un futuro ministro del gobierno.
Tal como yo se lo oía relatar a mi padre, pensé que eso de ser ministro era para mentes privilegiadas, caracteres ecuánimes y personas con excelente preparación en casi todas las materias. Más tarde leí que a los políticos se les juzgaba por el porcentaje de cumplimiento de sus promesas electorales y, por ejemplo, que el pueblo demócrata por excelencia, los yanquis, perdonaban todo a su presidente menos que les mintiera.
En España, todo eso es mentira. Aquí los políticos mienten más que hablan, no cumplen ni una sola de sus promesas electorales salvo que se equivoquen, y ni son mentes ni privilegiadas, ni ecuánimes, ni preparadas.

Usted, señor presidente, acaba de presentar el plan de choque que nos sacará de una crisis que ha estado negando dos años. Un plan cuyo coste soportarán los de siempre, aquellos a los que usted se refería al decir que “en ningún caso se verán afectados los derechos de los trabajadores”. Y para que los trabajadores no se encuentren solos, usted le añade los pensionistas, otro grupo al que el Pacto de Toledo le asegura el poder adquisitivo de su sueldo, mediante la aplicación automática del IPC anual.

Si no he leído mal, las medidas que usted propone son las siguientes:

1.- Reducción del sueldo de los funcionarios en un 5% de media sin sobrepasar en ningún caso el 15%. Se deduce que los funcionarios no son trabajadores, ya que si lo fueran usted sería un embustero dado que la medida afecta a sus derechos. Esta es la parte populista del plan de ajuste; los funcionarios nunca han tenido buena prensa quizá por lo del empleo y sueldo fijo, pero hasta hace unas décadas las oposiciones eran libres y estaban al alcance de todo el mundo: quien no era funcionario era porque no quería o no estaba capacitado. Y si de lo que se trata es que los funcionarios trabajan poco, señor presidente, tenga en cuenta que son empleados de la empresa en que usted es el gerente y los directores generales son nombrados por usted mismo o por hombres de su confianza. Parece ser que entre las distintas administraciones tenemos algo así como 2,6 millones de funcionarios, es decir, 2,6 millones de familias que verán mermado su poder adquisitivo, comprarán menos, será necesario producir menos y más gente se irá a la cola del paro. Y si afinamos un poco, quizá sí que habría que bajarle el sueldo a algunos, en este caso sin tener en cuenta el límite de 15%.
En el ejercicio pasado, su gobierno llegó a un acuerdo con los sindicatos, acuerdo que fijaba la subida de los salarios del cuerpo de funcionarios para 2010 y 2011. Usted, señor presidente, no cumple ni lo que firma.

2.- Congelar las pensiones contributivas. Todavía no he cobrado mi primer sueldo como pensionista y ya lo tengo helado de frío; en palabras de su señoría, congelado. Cuando se habló por primera vez de legislar sobre el aborto, me opuse tajantemente y no por motivos religiosos, éticos o morales. Me opuse porque el aborto, bien manejado, puede convertirse en un arma de control de la población. El siguiente cartucho lo componen los viejos. En mi razonamiento, a mí ya nadie me puede abortar pero, como medida populista (con la píldora bien dorada), se me puede quitar de en medio, jicarazo mediante, como viejo improductivo. Y por ahí van los tiros.
El primer paso que ha dado este gobierno (y otros anteriores) ha sido poner de manifiesto que los viejos cuestan mucho dinero y que, al ritmo que vamos, no se hará esperar el tiempo en que no sea viable pagarles las pensiones que a lo largo de su vida se han ganado (todavía queda gente que empezó a cotizar a los 14 años y, si llega a una feliz jubilación, habrán cotizado durante 50). Si no hay dinero para pagarles es porque alguien se lo ha gastado. Los entendidos dicen que los trabajadores actuales pagan la pensión de los viejos actuales, pero digo yo, ¿dónde está el dinero que pagaron los primeros cuando aún no había pensiones que pagar?
Para resolver el problema, su gobierno proponer retrasar la edad de jubilación y mata varios pájaros de un tiro. Los viejos empezaran a cobrar más tarde y, por tanto, cobrarán menos tiempo. Los viejos, si es que llegan a la edad de jubilación, estarán más años cotizando y se recaudará más. Dado que, como las jubilaciones anticipadas y el mercado de trabajo demuestran, los que pierden el empleo por encima de los 50 años tienen muy complicado incorporarse a otro trabajo, llegada la edad de jubilación no habrán cotizado los últimos 15 años y no tendrán derecho a subsidio. El negocio presupuestario es redondo.
Como el fruto del primer paso tardará unos años en madurar, usted se limpia el culo con el Pacto de Toledo y decreta que congela las pensiones. Eso sí, las contributivas. La medida no afecta a las pensiones no contributivas y también se salvan los que cobran la pensión mínima.
Señor presidente, entre los que cobran pensión no contributiva o pensión mínima hay personas a quienes ha perseguido la desgracia y no han podido contribuir más a sostener el sistema de pensiones, pero la mayoría no ha pagado porque no le ha dado la gana o ha pagado el mínimo porque la jubilación la veían demasiado lejos y más vale pela en el bolsillo que euro volando. Usted los recompensa y les mantiene la prestación.

3.- Eliminación de la prestación por nacimiento. A pesar de que los niños vienen con un pan bajo el brazo, se lo comen por el camino; no estoy, por tanto, en condiciones de rechazar de plano la medida de ayudar a los nuevos padres aún cuando estoy en contra de toda (casi) subvención. Pero fue usted, hace pocos años, quien se la inventó. Cuando todas las fuerzas vivas del país alertaban sobre la que se nos venía encima, usted lo negó más veces que Pedro y para demostrarlo agasajó a los nuevos papás con casi medio millón de calandrias. Ojo clínico se llama la figura.
Iban tan bien las cosas que usted compró, repito, compró el voto de los trabajadores españoles por 400€ la unidad pagando, claro está, con el dinero de los contribuyentes.

4.- Revisar el precio de los medicamentos y adecuar las unidades del envase a la duración estándar del tratamiento. ¡Coño! Lo primero me parece una medida a lo Evo Morales: la nacionalización de los laboratorios farmacéuticos. Pero lo segundo… Hoy que está o debería estar todo normalizado, resulta que si un servidor necesita 3 pastillas para curarme un resfriado, ¿tengo que comprar una caja de cien? Felicite a su asesor boticario; es una medida que a mí no se me hubiera ocurrido nunca, aunque tengo leído que hay países de la U.E. donde uno va a la botica con la receta, sacan de un tarro las pastillas que indica la misma (ni una más) y la meten en un botecito ad hoc.
Pregunta tonta: ¿qué piensa ahora del medicamentazo?

5.- Jubilación transitoria, prejubilación y otras mandangas. ¿Sabe señor presidente qué le dice la maxi a la minifalda? Ya ¿pa qué? Ustedes que quieren hacer un favor a las personas aumentando el tiempo de prestación de sus servicios a la sociedad, ¿no se habían dado cuenta que estaban condenando a grandes penalidades a trabajadores “obligados” a jubilarse anticipadamente a los cincuenta y pocos años?

Y pare usted de contar. Habla de reducir hasta un 15% de los sueldos de los altos cargos. Como no sé cuánto cobran me es complicado opinar si esa reducción es una medida positiva o una putada. De lo que sí puedo opinar es del número de sus asesores. Según ABC.es de 14/10/2007, el número de asesores del presidente del gobierno ascendía a 656 personas en 2008. Estas cifras no acaban de cuadrar con las que publica Qué para 2008, el cual resalta los 254 asesores eventuales del presidente y no menciona los asesores que son funcionarios de carrera. Aun en el caso de que el señor presidente tuviese SÓLO 254 asesores, ¿tiene tiempo para hablar con todos? Y si no habla con todos, ¿para qué los quiere?

En España no tenemos la figura de Jefe de la Leal Oposición al Gobierno de Su Majestad, y si la tuviéramos, sería Jefe pero dudo mucho que Leal. En su defecto nos fijamos en las medidas propuesta por el líder del partido de la oposición con mayor número de escaños.

1.- Suprimir la Vicepresidencia tercera y los Ministerios de Igualdad y Vivienda. En España los políticos no se jubilan, se los nombra ministros. El señor Chaves dirige su finca andaluza desde que llevaba pantalón corto y estaba pegado al sillón presidencial con Loctite. La única manera de quitárselo de en medio era nombrarlo ministro y, de paso, llevar a la presidencia de la Junta de Andalucía a alguien que respecte las raíces de los autóctonos y los enseñe a hablar en árabe.
Suprimir los ministerios de Igualdad y Vivienda supone, como mucho, ahorrarse el sueldo de las respectivas ministras porque sus competencias serían asumidas, creo, por otros ministerios. No parece que la medida suponga un ahorro importante.

2.- Fusionar Educación con Cultura y Trabajo e Inmigración con Sanidad. Otro tanto de lo mismo.

3.- La leche. Revisar todas las subvenciones públicas con el objetivo de eliminar las que no estén debidamente justificadas. Pero ¿esto no se hace? ¿Quiere decir el “jefe de la oposición” que el gobierno da subvenciones y no comprueba que el dinero se gaste en aquello para lo que se ha concedido? Ahora entiendo que yo hubiese pasado 4 años de mi vida impartiendo cursos de formación informática a personas en busca de empleo, un total de 10 cursos de 450 horas cada uno, y ni una sola vez, repito, nunca pasó un inspector a verificar que estos cursos se estuviesen llevando a cabo. Era la época en que el partido del Honorable Pujol, adjudicatario de los cursos, era el sustento del gobierno de un tal D. José María Aznar. Era también la época en que saltó a la opinión pública el caso Pallerols, modelo de estafa en cursos subvencionados por la U.E. y adjudicados por el gobierno de la Generalitat.
Y no estoy muy seguro, pero por entonces debió estar de moda cultivar lino.

4.- Evitar duplicidades entre las Administraciones Central, Autonómica y Local. ¡Coño, y usted perdone, presidente! Encima de que un servidor cuando ha de hacer una gestión no tiene puñetera idea de a qué ventanilla acudir, resulta que hay varias ventanillas que sirven para lo mismo pero que hay que pasar por las varias. Y eso después de haber tenido gobiernos de centro, de izquierdas, de derechas y, otra vez de izquierdas. O sea, que lo malo no es que sea usted un inútil (para gobernar, me refiero), lo malo es que los inútiles abundan en los altos cargos de la política.

En fin, que ahora nos queda esperar para ver de qué sirven los sindicatos, y si van a servir a los trabajadores que pagan poco y los necesitan mucho o al gobierno que paga mucho y sólo los necesita para que frenen el ímpetu de los trabajadores. Y vamos a ver si los funcionarios son trabajadores dispuestos a defender sus derechos o si el gobierno y la ciudadanía tienen razón y, como tienen el empleo fijo y no dan golpe, se merecen y conforman con una reducción del 5% en sus emolumentos.

Y nada más, señor presidente, que Dios le dé una larga vida pero, por el bien de los españoles, lo expulse cagando leches del Paraíso Monclovita.

1 comentarios:

A las 16/5/10 20:50 , Blogger BANDOLERA ha dicho...

Quiosquero: estoy de acuerdo en la práctica totalidad de lo que dices. Yo también estoy harta, y diría que asqueada, de lo que considero una kk de gobierno mentiroso, dilapilador e incompetente. También he hecho mención alguna vez en comentarios a la panda de asesores, a los votos comprados, a las promesas incumplidas, etc,etc... A por qué puñetas tengo que pagar yo de mi bolsillo las aberraciones de unos tíos que están muy bien sentados y que tiran el dinero que tanto me cuesta ganar (y que tan mermado está últimamente..) literalmente por la ventana.
También estoy de acuerdo contigo en que, al margen de la economía, hay cuestiones que hay que valorar a largo plazo, desde una cosmogonía propia, porque tienen miga, y en ese sentido no comparto lo más mínimo la “cosmogonía” de esta cuadrilla tendente al totalitarismo estatal y al “Mundo feliz”, aunque con tamaña incompetencia no llegarían a imitar lo de “feliz” ni con millones de toneladas de “soma” para el personal.
En fin, si la dilapidación económica no hubiera sido tan aquerosamente asquerosa, creo de veras que no hubiéramos llegado a este lamentable punto, en el que la pequeña y mediana empresa, y no sólo el trabajador (por cierto, los empresarios también son trabajadores...), sudan tinta china, eso si no están desaparecidas unas, en el paro los otros. Yo sí creo en medidas de recorte drástico de la administración, pero es que hace años que creo que el despliegue asiático del aparato estatal no hay mandanga que lo soporte...
En fin, no sé.... es un domingo, son las 20,49 de la noche, y una menda está currando porque el Sr. Presidente no sólo no le sacará las castañas del fuego, sino que además le j... las castañas.
Un abrazo.

 

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