martes, mayo 04, 2010

Los hombres de Harrelson

El 30 de abril debía ser especial; era el aniversario de mi madre, la empaquetaba con Iberia rumbo a Almería, Dalr tomaba posesión plena de los mandos del quiosco, Salva finalizaba su contrato… y yo debía desentenderme de los problemas cotidianos.
No fue así. A la abuela no le pusimos un sello en el culo y la mandamos como equipaje sino que su nieto se brindó a acompañarla y, de paso, presentarme un informe con las novedades de las tapas que, servidor, no podrá probar este verano. Eso significaba (lo de acompañar a su abuela) que Dalr no estaba en la fiesta de despedida y, como yo NO PODÍA estar, le tocó a Quiosquera hacer los honores.

Mientras tanto, instalé mis reales en Superwaiter y, de cuando en cuando, me pasaba por las instalaciones de la empresa. No me gustan las despedidas; nunca me han gustado. Antes porque no sabía qué decir; ahora, porque no sé qué decir y encima la fibra se me ha vuelto sensible. A la una y media le dije a Salva que se fuera y yo me encaminé hacia el bar pero me quedé a la vera del quiosco esperando su salida. Nos estrechamos las manos.
- Chico, ya sabes…
- Sí, jefe…
Vi un par de lágrimas brillando en sus ojos y callé. Tomamos direcciones contrarias aunque deberíamos haber ido en la misma. No duró porque en ese momento llegaba el reparto de SGEL y me fui con los Ángeles de Dalr para vigilar que no la cagasen en su primera misión. Había dos paquetes y un montón de revistas sueltas. El primer paquete coincidió con su albarán; el albarán del segundo paquete sólo decía “TU SUERTE CAMBIA DE PRECIO…”. Junto a las revistas sueltas había un tercer albarán al que le faltaba una segunda hoja que no podía ser la de TU SUERTE, sin embargo las revistas amontonadas más el contenido del paquete sin albarán coincidía con la relación de publicaciones del albarán incompleto. Empecé a ponerme de mala leche: no sólo me traen el género a las 2 de la tarde sino que acumulo todos los fallos de la ruta. En esas sonó el móvil; era Salva.
- Jefe, parece que hay un problema con el talón que me ha dado. Le paso al señor de la Caixa.
- ¿Don Antonio…? Verá, es que su firma no está registrada.
- ¿Cómo? ¡¿Llevo treinta y seis años trabajando con La Caixa y resulta que todavía no he registrado la firma?!
- Bueno, no es exactamente así. Es que ahora las hemos digitalizado y la suya no está.
- Cuando abrí la cuenta había unas tarjetas con la firma de los clientes, que era lo que consultaban los empleados que no me conocían.
- Se ve que su tarjeta se ha perdido y por eso no está digitalizada. Tendría que pasarse por la oficina lo más pronto posible.
- ¿Y el talón?
- No lo podemos pagar.
- El lunes estoy ahí a primera hora y ¡téngame preparada la liquidación de la cuenta! Talón confirmado y conformado, ¿vale?
- (Silencio)… Así se hará.

Dejé solas a las niñas y me fui a comer un bocadillo con el Súper. Y un café para atemperar los nervios.
A las 3 se incorporó Quiosquera y tomó el mando. Había que hacer un pequeño inventario; más que nada de atípicos. La coincidencia entre el material inventariado y los registros del ordenador era nula. Entiendo que no me coincidan los chicles o los cromos porque es fácil olvidar pasarlos por el TPV (chicles) o equivocarse en la entrega (cromos). Pero el tabaco lo había cuadrado hacía justo un mes y, salvo Habanos, Fortuna Verde y Fortuna Azul, que no se venden, no coincidía ni uno. Y por cantidades tangibles.
Lo que debía de haber sido un día de calma se convirtió en un calvario. Me salía humo por las orejas. Bueno, humo no; sangre. Supongo que con los nervios me había rascado una oreja y me había hecho una pequeña heridita pero como como anticoagulantes (Plavix) el oído se me iba llenando de sangre y acababa resbalándome pescuezo abajo. Como a los toros cuando los pican, sólo que yo me la iba limpiando de vez en cuando y no me llegaba a la pezuña, así que el picador continuaba con la puya. Un rollo de papel de cocina (y nos es cachondeo ni exageración) gasté tratando de ocultar las huellas de la hemorragia. ¡Lástima! Se podía haber aprovechado para una transfusión.

A las 9 y ½ le dije a Quiosquera que estaba harto y me iba.
- Espera que me voy contigo.
Y empezamos a recoger. A esas horas acabamos rápido. Nos fuimos al Ferrari, que estaba aparcado junto al quiosco, y mientras nos poníamos el caso empezaron a llegar coches de policía.
- Date prisa. Que estos vienen a por nosotros.
Se pararon en la esquina y acordonaron la calle. En 2 minutos había más espectadores que en un partido de fútbol. Quiosquera con el casco puesto (parecía salida de un fotograma de la Guerra de las Galaxias) se acercó a goler. Volvió pronto porque la policía hizo recular a los espectadores.
- Es en el Mercadona. Sale gente corriendo pero no sé si son clientes, empleados o ladrones. La policía se está poniendo los chalecos antibalas.
- Pues si la no es la policía la que viene a por nosotros, es que las distribuidoras nos han mandado a los matones y se han equivocado de local. ¡Sube que salimos de aquí cagando leches!

Salimos. Al cruzar la Gran Vía tuvimos que dar paso a otra caravana de coches de policía. Esto se parece ya a las películas americanas: primero llega el sheriff (policía autonómica), luego el FBI (policía nacional) y, por último, los hombres de Harrelson (geos).
El Manel nos lo explicaba el sábado.
- Eran doh shorisoh que amenasaron a lah caherah: uno con un cushiyo y elotro con una pihtola. Pero era simulá. El marío duna cahera, qu’ehtaba dentro, había sío guardia de seguridá y se dio cuenta. Hiso que saliera el mayor número de hente posible y habló con la polisía. Se pusieron los shalecoh por si acaso y entraron. En dieh minutoh s’acabó to.

Sigo pensando que se equivocaron de local.

8 comentarios:

A las 4/5/10 12:12 , Anonymous Palimp ha dicho...

¡Con lo que compro yo en ese Mercadona! Menudo susto debieron pasar.

 
A las 4/5/10 20:57 , Blogger BANDOLERA ha dicho...

¡JAJAJAJAJA!! No entendía yo al principio el título,pero ya sabes, siempre es lo que más cuesta... Oye, lo de la heridita "cojonera" supongo que ya controlado. Respecto a lo de "Tu suerte cambia de precio", eso me interesa bastante. Cuando sepas de qué va me lo explicas. Encantada de estar en este Blog de nuevo con vosotros. Un abrazo.

 
A las 4/5/10 20:59 , Blogger BANDOLERA ha dicho...

PD- Me has espantao con lo de la digital. Más vale que me asegure de estar debidamente digitalizada. Manda narices la cosa.

 
A las 4/5/10 21:45 , Blogger kioskero ha dicho...

Y una pregunta , de la que no espero respuesta, me estoy haciendo, ¿si a tí, antonio, que llevas el negocio como tiene que ser y manejas las herramientas adecuadamente, no te cuadra el stock y me imagino que tampoco el balance,que les estará pasando, o les pasará, a los que no llevan "casi" ningún control en el kiosko?.
Un saludo

 
A las 4/5/10 22:05 , Blogger Quiosquero ha dicho...

kiosquero: si sale con barbas, San Antón y si no, la Purísima Concepción.

 
A las 5/5/10 12:57 , Blogger kioskero ha dicho...

Y ahora, en vista de la respuesta, la repregunta; ¿se podria contar con tu ayuda y conocimiento para articular algo general y ayudar a quien lo necesite, o por lo menos crear una base mas practica de herramientas y ayudas kioskeriles?
Un saludo y pido perdón por anticipado por intentar abusar de tí.

 
A las 9/5/10 12:12 , Blogger Quiosquero ha dicho...

Desde que tengo uso de razón (no hace demasiado tiempo), una veces queriendo y otras sin quererlo, siempre he estado metido en todos los follones que se han destapado a mi alrededor. Por tanto, y hasta donde lleguen mis conocimientos, estoy a disposición de los colegas para lo que haga falta, con el permiso, eso sí, de Quiosquera.
Saludos.

 
A las 9/5/10 13:59 , Blogger kioskero ha dicho...

Hola Antonio, agradecido por tu respuesta. Te tomo la palabra. Si te soy sincero me esperaba algo por estilo.
Gracias y un saludo.

 

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