martes, abril 26, 2011

El libro y la rosa


En abril de 2006 publicamos en Pies para quiosquero el post “Diada de Sant Jordi” donde relatábamos la leyenda del caballero de la cruz roja sobre fondo blanco, y la dama y el dragón de los alrededores de Montblanc. Y cómo aquella rosa que surgió de la sangre del dragón y que el caballero cortó para la dama, se convirtió en una tradición entre los mozos de Cataluña.
No tenía muy claro cómo se consolidó la costumbre de regalar un libro en la misma fecha. Cualquier duda queda resuelta en el editorial de a:Ditoday “La Magia de Sant Jordi”. “Librero” tenía que ser el impulsor de la nueva tradición para acertar de pleno, porque la iniciativa devino en costumbre con mucha rapidez.

Días antes de aparecer esta editorial, quise ilustrarme sobre este hecho y acudí al amigo Google. La primera respuesta que seleccioné me dejó perplejo: “El día internacional del libro fue aprobado por el Consejo General de la UNESCO y se celebra desde abril de 1996”. De cultura, uno tiene la que tiene y punto, y no está, por tanto, en situación de discutir sobre la veracidad o no de otras afirmaciones. Pero de memoria histórica (no de memoria de la Historia con mayúsculas, sino de la memoria de mi Mi historia) estoy bien servido y no se me han olvidado la cantidad de “DÍAS” que celebrábamos en la escuela: Día del Caudillo, Día del Maestro, Día de la Victoria, Día de la Madre, Día de San José Artesano, Día del Estudiante Caído… y Día del Libro. Estoy hablando de 1957, siendo mi maestro D. Baltasar Jiménez. Los maestros anteriores, D. Emilio “el cagón” y mi primo Paquito, no digo yo que no hubiesen hablado del tema, pero entonces yo andaba todavía copiando “muestras” y jugando a aprender, y no tengo recuerdos fiables de qué conocimientos adquirí en aquellos años.
Leyendo otras entradas ofrecidas por Google, logra uno aunar la Historia y la memoria. La editorial de a:Ditoday es suficientemente ilustrativa. Lo que no cuenta la editorial es lo que a mí más me gusta de esta historia; no cuenta “la coincidencia no coincidente” de las fechas en que murieron Shakespeare y Cervantes. Y como no tengo ganas de reinventar, copio y pego lo que escribí en 2006 retoco alguna cosilla.

“Lo del libro es harina de otro costal. Por coincidencias de la vida, el día 23 de abril de 1616 mueren tres escritores célebres: William Shakespere, Miguel de Cervantes y el Inca Gracilazo. La día de la muerte de Cervantes no queda muy claro si fue el 22 ó 23 de abril, aunque los biógrafos más modernos coinciden en señalar el 22 como día de la muerte del escritor y el 23 como el de su entierro. En 1926 se declara este día (el 23) como Día del Libro. Para los países de habla hispana, conmemorando la muerte de Cervantes. Para los países de habla inglesa, conmemorando la de Shakespeare. Para los demás países, no tengo idea. Lo curioso del caso es que Cervantes y Shakespeare no murieron el 23 de abril por casualidad histórica sino por puro churro histórico-religioso. Me explico.
En Roma un año constaba de 365 días, hasta que los científicos de Julio César determinaron que un año solar eran exactamente 365 días y 6 horas, motivo por el que las estaciones se iban desplazando en el calendario. César instituyó el año bisiesto de 366 días de modo que, a partir del año 47 a.d.c., todos los años tendrían 365 días salvo los múltiplos de 4 que tendrían 366. Muchos años más tarde, los científicos del Papa Gregorio XIII recalcularon el año solar estableciéndolo en 365 días, 5 horas y 48 minutos, lo que significaba que cada 400 años se hubiesen contado 3 años bisiestos de más. Se estableció el calendario gregoriano en el que serían bisiestos todos los múltiplos de 4 salvo los años que acabados en 00 no fuesen múltiplos de 400. Así 2000 fue bisiesto pero no lo será 2100. Como desde la implantación del calendario juliano había habido 10 años bisiestos que no deberían serlo, se pasó del jueves 4 de octubre de 1582 al viernes 15 de octubre de 1582. Santa Teresa de Jesús, por ejemplo, murió el 4 de octubre de 1582 y fue enterrada al día siguiente, 15 de octubre. El calendario fue acogido de inicio por Italia (Estados Pontificios), España y Portugal y poco a poco por el resto de países. Inglaterra, protestante, no se acogió al calendario gregoriano hasta septiembre de 1752 y, aunque según el calendario imperante en las islas, Shakespeare muriera el 23 de abril, por el calendario gregoriano lo hizo el 3 de mayo de 1616. Es decir, Cervantes y Shakespeare murieron en la misma fecha pero no el mismo día.

jueves, abril 21, 2011

No sólo de fútbol vive el hombre

ASÍ LEVANTAN LA COPA Y LAS MANITAS
LOS CAMPEONES.
Mou gana la Copa a Pep dando una lección táctica sobre Mestalla.
El Madrid arrasó al Barça en la primera parte, decayó en la segunda y resucitó en la prórroga
.

VOSOTROS LA COPA
NOSOTROS LA LIGA
Y AHORA, A POR LA CHAMPIONS
Un gol de Cristiano Ronaldo en la prórroga le dio el triunfo a un Madrid que fue claramente superado por el Barça en la segunda parte
.

Estos son los titulares de MARCA y SPORT, dos diarios deportivos cuyos reporteros, dicen, vieron el mismo partido y viven de contarnos objetivamente lo que vieron.

En las páginas interiores pueden leerse otras lindezas:
• MARCA. CR7 deja mudas a las “hordas” azulgranas (el entrecomillado es mío).
• MARCA. El detalle: Otra vez un expulsado del Madrid.
• MARCA. Opinión: Juan Merengue está triste (antológico)
• MARCA. Con perdón: Va por ti, Rosell (patético) […aunque visto con perspectiva, si Cristiano hubiera tenido u poco más de tino, sí que podría haber habido manita, pero esta vez a favor del Madrid…]
• SPORT. Casillas salvó a Mou. […(el Barça) generó hasta cuatro ocasiones claras para desequilibrar el marcador. Una de ellas la frustró Undiano Mallenco al anular un gol de Pedro y las otras tres las desbarató Casillas con tras manos salvadoras [sic]…]
• SPORT. Pinto estuvo a la altura de lo esperado. […el meta andaluz, de hecho, sostuvo al Barça en algunas jugadas…]
• SPORT: La Opinión: Mejor la Liga que la Copa (antológico)

En lo que ambos diarios coinciden es en puntuar mejor al equipo del Real Madrid que al del Barcelona (MARCA: 2,18 R.Madrid; 1,63 Barcelona. SPORT: 6,4 R.Madrid; 6 Barcelona). Claro que todavía no tengo claro el criterio que se usa para calificar a los jugadores: no sé si se compara a cada jugador consigo mismo o si la puntuación se establece según el espectáculo que los jugadores ofrecen. Debe ser la primera opción porque si no, no entendería que Messi y Arbeloa, por ejemplo, hubiesen ofrecido idéntico espectáculo.
Coinciden también en considerar a Barcelona y Real Madrid como los equipos número 1 y 2 de Europa (creo que dicen del mundo). Lo del Barcelona viene refrendado por los éxitos conseguidos en los últimos 6 ó 7 años; en cuanto al R. Madrid, todavía está por demostrar, aunque opino que es bastante mejor de lo que dejan traslucir los resultados de sus partidos contra el Barça.

Y si leemos las crónicas de los partidos, da la sensación que los reporteros de MARCA y SPORT estuvieron en campos diferentes y ninguno de ellos vio la final de la Copa del Rey. En televisión dijeron haber presenciado un partido antológico. Yo, que no entiendo de tácticas, vi un partido en el que un equipo intentaba jugar la pelota pero no podía, y el otro equipo intentaba que el primero no jugara y, cuando le caía una pelota en los pies, la lanzaba lo más lejos posible para que los otros tardaran en traerla de vuelta; eso sí, a veces aparecían uno o dos jugadores de este último equipo y ponían en aprietos al portero contrario. Al Barça le salieron cuatro jugadas: tres de ellas las rechazó el portero y en la otra, el rematador arrancó en fuera de juego. Al Real Madrid le salieron cuatro jugadas: dos de ellas las desvió el portero, otra fue a parar al palo y la otra acabó en la red. En mi modesta opinión, poca pólvora para los dos mejores equipos de fútbol del mundo.
El partido del sábado tampoco me gustó.

Si yo fuese forofo del Barça estaría preocupado: hay un entrenador que, por dos veces, ha encontrado la fórmula para ganarles.
Si yo fuese forofo del R.Madrid estaría preocupado: no siempre va a sonar la flauta.

A destacar las caballerosas y deportivas declaraciones de D. Sandro Rosell, presidente del Barça.

Por cierto, acabo de leer que ya la han roto (la Copa).

lunes, abril 18, 2011

El lobo, la cabra y la lechuga

Hace tiempo que apenas veo las noticias ni leo periódicos más allá de los titulares. Quiosquera me regaña porque cree que estoy perdiendo interés por lo que pasa a mi alrededor. No es eso; es que no hay noticia que no esté ensuciada por la política, y no hay político (de los nuestros) que no tenga sucia la boca de mentiras o necedades.
En los últimos tiempos, los parlamentarios y no parlamentarios del Partido Popular han estado pidiendo insistentemente a D. José Luís Rodríguez que, por el bien del país, diga abiertamente si se va a presentar o no a las próximas elecciones. Es lógico y razonable, pensamos quienes no tenemos puñetera idea de política. Si el candidato ha de ser otro, necesita tiempo para que los posibles votantes se acostumbren a su cara y, sobre todo, escuchen qué novedades tiene para ofrecernos.
Los vips del Ibex-35 desaconsejan la medida porque crearía incertidumbre en la economía. Uno no sabe tampoco de macroeconomía y no es capaz de entender que la certidumbre cree incertidumbre, pero si lo dicen los máximos gestores de las mayores empresas de España…

Y un buen día, D. José Luís Rodríguez se levanta dispuesto a sacarnos de dudas y declara solemnemente que no va a ser candidato en las elecciones de 2012. Uno, que sigue sin tener puñetera idea de política, piensa que los parlamentarios y no parlamentarios del Partido Popular estarán contentos porque el presidente les ha hecho caso, y que los periodistas publicarán análisis de las posibles consecuencias económicas y políticas de la decisión presidencial.
Nada de eso. Los periódicos apenas hablan de D. José Luís; están empeñados en averiguar quienes se postulan para suceder al jefe; porque este partido, en cuestión de elección del número 1, ejerce la democracia directa entre sus afiliados y no es el jefe saliente quien nombra a su heredero: nombra a todos los demás cargos, pero se abstiene en la elección de sucesor.

Me llama poderosamente la atención la frase de una de las posibles candidatas a la secretaría general del PSOE: "España está preparada para tener una presidenta del Gobierno y también para que ésta sea catalana...".
Si sé leer e interpretar lo que leo, España está preparada para tener una presidente del Gobierno, y también para que ésta sea catalana, desde finales de 1978; y los 40 años anteriores no es que no estuviera preparada, es que la leyes en vigor decían que al presidente del Gobierno lo nombraba el Jefe del Estado y éste no estaba dispuesto a que fuese mujer, hombre, catalán, andaluz o madrileño: había de ser del régimen, preferiblemente militar.
Sea como fuere, uno esperaba que el Partido Popular aplaudiese la decisión del presidente. Me quedé de piedra cuando D. Pío García Escudero (que pía poco y gallea bastante) declaraba en el Senado que si “Zapatero no es bueno para el PSOE tampoco es bueno para España” y pedía su dimisión y la convocatoria de elecciones anticipadas.

Es decir, si el presidente no se pronuncia sobre su reelección es malo, y si se pronuncia es peor. ¡A ver quién me ata el perro con esa cuerda!

La guinda del pastel vino unos días más tarde cuando un mandamás del PSOE advirtió al PP que, tras el anuncio de D. José Luís de no ser nuevamente candidato, “la oferta del PSOE supera a la del Partido Popular” y la desventaja de los socialistas en tendencia de voto que las encuestan señalan se está reduciendo a pasos agigantados. O sea, que sí, que el PP tenía razón y que D. José Luís no es la mejor oferta que puede ofrecernos la izquierda española en este momento. ¿A qué espera, pues?
Hay dos maneras de cambiar el rumbo:
1.- Los dirigentes del PSOE que representan la mejor oferta, se la cuentan al presidente y éste la lleva a cabo, o
2.- El presidente dimite y, sin necesidad de elecciones anticipadas, el rey propone como candidato a una de las personas que representan la mejor oferta, y el parlamento elige nuevo presidente.
En nuestra corta democracia ya se ha dado el precedente.

Pero el circo de la política es como el pastor que tenía que cruzar el río con un lobo, una cabra y una lechuga, y sólo podía hacerlo llevando una cosa cada vez, evitando, además, que la cabra se comiese la lechuga o el lobo se comiese la cabra. Claro que aquí la cosa se complica porque al lobo también le gusta la verdura y el pastor viene muerto de hambre. Y puede comerse cualquier cosa; preferentemente, todas.

miércoles, abril 06, 2011

La chaqueta de mi padre

1.- Mi pueblo es, o era, como medio grano de arena en el desierto del Sahara: los granos situados a más de dos centímetros de distancia nunca han oído hablar de él, pero los cuatro microbios que asentamos allí nuestros reales nos conocíamos como si nos hubiésemos parido unos a otros. Y, claro está, cada microbio llevaba su Sambenito aunque, no siempre, tal prenda se luciese en su significado peyorativo. Así, durante bastante tiempo, mi hermana mayor y yo fuimos utilizados por los padres de los otros niños como ejemplos a tener en cuenta:
· Mi hermana representaba la sensatez, la constancia, la responsabilidad… el trabajo bien hecho.
· Yo era el ejemplo vivo de la improvisación, del esfuerzo mínimo, del riesgo. A pesar de todo se me reconocía imaginación y capacidad de aprendizaje; insisto, capacidad.
Mi padre, al que habían enseñado que a los niños no hay que alabarlos en demasía, sobre todo estando ellos presentes, delante de mi hermana callaba y, cuando se hablaba de mi futuro, insistía en lo dura que era la vida durmiendo debajo de un puente. Sin embargo, hablada de forma diferente cuando nosotros no estábamos. Así, pude pillar una conversación con uno de sus amigos.
- Entonces, la niña es buena… -le decía Juanico el cartero-.
- ¿Buena? Si fuera un hombre me quitaba la chaqueta y se la ponía…
Se me quedó grabado. Quizá, si yo mejoraba, podría quedarme con la chaqueta de mi padre. Me duraron poco los buenos propósitos; debí pensar que no tenía mi padre ninguna chaqueta que mereciera mi esfuerzo. Pero, cuando me internaron en un colegio, las cosas cambiaron: entre aprovechar las horas de estudio o aburrirme mirando la lentitud con que caminaban las manecillas del reloj, opté por estudiar. Era más entretenido y me ahorraba que el cura me pusiera la cara como un mapa, amén de prohibirme ir el domingo al cine. Cuando en junio me dieron las notas, no eran buenas, eran magníficas. Y volví a acordarme de la chaqueta. No hubo tal. Ni aquel junio ni en otros posteriores. Pero la chaqueta siguió ocupando un rinconcillo en mis pensamientos.


2.- A raíz de que me insertaran el muelle en la coronaria, pasé una larguísima temporada en la que sólo estaba a gusto mientras dormía. Bueno, ni eso; pero mientras dormía no estaba agobiado. Después de cuatro o cinco meses en que lo único positivo que hice fue mantener vivo el quiosco, Quiosquera me obligó a ir a ver al loquero, el cual (la cual) me recetó pastillas por un tubo que, además de realizar su función terapéutica, tenían efectos colaterales. Uno de ellos fue el sueño. Llevo más de dos años soñando cada noche, ¡cada noche!, lo mismo… o parecido. La trama es idéntica, un viaje por esos mundos de Dios, un viaje en autocar, tren, barco o avión (tierra, mar o aire), oscuro y enrevesado, pero cambia el desenlace. Un desenlace con tres variantes: quiosco móvil que planto en la Placeta (la Plaza Mayor, y única, de mi pueblo) o en una pequeña explanada delante de la casa de mi tío Enrique Manzano, problemas en el departamento de informática de la empresa que ya me ha puesto en la calle pero que no va a hacerlo efectivo hasta que les solvente el problema, o servidor, de nuevo interno en el colegio, repitiendo los cursos de bachiller porque quiero matricularme otra vez en la universidad.
Últimamente he añadido una variante: alternativamente voy resucitando y volviendo a enterrar a mi padre.


3.- Después de muchos días, lo comento con Quiosquera.
- ¿Le has rezado alguna vez?
- ¿A quién?
- A tu padre.
- No.
- Prueba.
Creo que las oraciones de los vivos no van mucho más allá del silencio que buscamos para hablar con el Más Allá, pero no tenía nada que perder. Probé. Aquella noche, después de visitar un país extraño, volví a soñar con mi padre. Estábamos en el Balneario. El Balneario era el almacén que mi padre ponía a disposición de los agricultores para que expusiesen sus hortalizas antes de subastarlas, subasta que, en mi pueblo y alrededores, no es subasta sino hastasub, pues las hortalizas se venden como el pescado: se fija un precio al alza y el corredor va bajando hasta que alguien para la cuenta y elige qué género se queda. Pues bien, un ratillo antes del inicio de la subasta se toca una corneta como la que llevaban los pregoneros, para llamar a los posibles compradores.
En mi sueño, mi padre estaba junto a la tarima que utiliza el corredor y tenía la corneta en la mano. En un momento dado, se volvió, me alargó la corneta y me dijo:
- ¡Anda, tócala tú!
Después de mucho tiempo, por fin desperté un día con una agradable sensación: mi padre me había hecho un encargo importante y me sentí como si me hubiera puesto la chaqueta.

Hace más de dos meses que no sueño con él.